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Cómo educar para la protección del medioambiente

 

Educar Protección Medio Ambiente

No se puede amar lo que no se conoce, ni defender lo que no se ama (Leonardo Da Vinci)

Cada vez la sociedad se preocupa más por el medioambiente, ya sea en forma de cambio climático, reducción de plásticos o interés por los alimentos ecológicos. Pero en muchas ocasiones, nos encontramos limitaciones tanto de conocimiento como de prácticas, es por ello que supone un avance poder inculcar e interiorizar la protección del medioambiente desde un entorno escolar. Cuando somos niños nos emocionamos e ilusionamos con la novedad y la biodiversidad que vemos, y  ya de adultos sentimos paz cuando caminamos por el campo. 

Es por eso, que es necesario educar teniendo en cuenta la teoría de las inteligencias múltiples (Gardner, 1983). Estas abren el abanico de la enseñanza ya que no todo se centra en las capacidades lingüísticas y matemáticas. Como se ha demostrado en varios artículos, las múltiples inteligencias desarrollan otras capacidades que poseen los seres humanos. En este caso, la que más vinculación tiene con el medioambiente es la inteligencia naturalista, centrada en la comprensión de los procesos naturales que se generan alrededor de nuestro hábitat, para acabar comprendiendo los ecosistemas. 

La manera más inmediata para alcanzar unas bases robustas y ordenadas, es la realización de las clases en el exterior, rodeados de árboles y del cantar de los pájaros. De forma innata, estaremos comprendiendo la teoría que nos explica el profesor mientras oímos una suave melodía que se recordará para siempre. 

Educar Protección Medio AmbienteLa posibilidad de realizar actividades y tareas vinculadas al medioambiente, ya sea desde conocer la importancia de las especies de los invertebrados, hasta la huella de carbono que generamos cada día, crea en el alumnado respeto y protección por todo lo que nos rodea. 

Cuando se realizan casos prácticos relacionados principalmente con animales, los alumnos generan una gran motivación ya que es algo a lo que están acostumbrados. Las simples mariposas que revolotean en primavera, pueden enseñar la importancia de los insectos en la polinización de las plantas, o la simbiosis que realizan las setas con los árboles. 

Hay alumnos que sienten frustración y aburrimiento en las aulas, pero cuando se sientan en una mesa de madera, rodeado de árboles, su actitud generalmente mejora. De este modo, sienten respeto por dónde están, y es fácil que sientan una necesidad intrínseca de mantener lo que tienen. 

Cuando se crece con ese sentimiento, la protección hacia el medioambiente se interioriza de tal modo, que se intenta educar a las personas de alrededor en el mismo sentimiento, llegando desde los pequeños a las personas más mayores. 

Volviendo al comienzo del artículo, cada vez existe más educación ambiental en los colegios y el entorno social, muchos estudiantes están comprometidos con eslogan como “Save the planet”, “No hay un planeta B”,”Reduce, Recicla, Reutiliza”, etc, pero aún queda un largo camino hacia el respeto y la protección del medioambiente, que con las nuevas metodologías y la teoría de las inteligencias múltiples, los alumnos desarrollan y se involucran palpando la naturaleza.

 

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