El conocimiento del medio que nos rodea, desde el punto de vista forestal, implica, además de otras muchas cuestiones importantes, tener conocimientos de cómo es el terreno en el que desarrollar trabajos posteriores.
Los alumnos de primero de Ciclo Formativo de Grado Medio de Técnico en Aprovechamiento y Conservación del Medio Natural, se enfrentaron a la última parte del módulo de Fundamentos agronómicos en el que se desarrollan los contenidos de operaciones topográficas.
Una vez explicada la teoría en clase, fase en la que, aplicando el método Flipped Classroom, se adquieren los conocimientos previos y se resuelven las posibles dudas, así como se adquieren habilidades en la resolución de las operaciones de cálculo con ejemplos, nos lanzamos a aplicar todo lo aprendido sobre el terreno.
Para ello, una vez equipados con el trípode, estadía y nivel topográfico nos dispusimos a llevar a cabo un levantamiento topográfico de una parcela sencilla, con el fin de poner en práctica los conocimientos adquiridos previamente, y complir los objetivos planteados en este proyecto como son el manejar el citado aparato, realizar una correcta lectura de hilos, rellenar un estadillo y obtener los datos necesarios para el cálculo de las cuestiones que se plantean.
Para este trabajo los alumnos se dividirán en grupos de tres, y se encargan de hacer las mediciones oportunas con el fin de obtener la superficie de dicha parcela, obtener el desnivel entre dos puntos indicados en esa parcela determinada,así como la elaboración de un croquis que describa de forma fiel y correcta el emplazamiento donde se va a realizar el trabajo topográfico.
Una de las cosas que más gusta al alumnado cuando empiezan el Grado de Técnico en aprovechamiento y conservación del medio natural, es que tienen que aprender a manejar una serie de máquinas relativamente peligrosas.
En la mayor parte de los casos, no han tenido ningún contacto con motosierras, desbrozadoras o tractores, por lo que lo primero que tienen que hacer es conocer la máquina y los peligros inherentes. Para ir mejorando en su conocimiento y manejo, hemos creado un carnet de puntos por el que los alumnos van subiendo.
En los primeros niveles, el alumnado tiene que ver una serie de vídeos y responder unos Formularios de Google o unos Socrative sobre las partes de la motosierra o los EPIs necesarios. (nivel básico)
Cuando superan estos primeros niveles, ya pueden coger la motosierra y aprender dónde se echa la mezcla de gasolina o el aceite de la cadena, aprenden a montarla y desmontarla y a afilar la cadena. Como producto final en este nivel tienen que grabar un vídeo explicando todo esto (nivel intermedio).
Por último, el alumnado aprende a arrancar y utilizar la motosierra en trabajo real desramando o podando árboles en el suelo. Estos alumnos ya pueden ayudar a los de nivel básico (nivel experto).
El último nivel al que se puede acceder se consigue apeando árboles y detectando y solucionando problemas en la motosierra. Para superar este nivel deben probar que han superado ambas situaciones (nivel profesional).
De esta forma, el alumnado se ve involucrado en el proceso de aprendizaje y sabe en todo momento qué tiene que hacer para seguir subiendo de nivel.
La mayoría de las personas entendemos mejor las cosas si las podemos visualizar y somos partícipes de ellas. Es por ello, que los alumnos de aprovechamientos forestales, realizaron una subasta de madera.
Ellos eran los protagonistas en todo momento, desde los propietarios del monte, hasta los maderistas. Todos disponían de dinero ficticio, exactamente 200.000 €, y con eso tenían que pujar por seis aprovechamientos en total.
Cada uno tenía que ser capaz de “vender” su madera de una forma atractiva y generando mucho beneficio económico, para que todos quisieran pujar por ella.
Durante el proceso, los alumnos calculaban la cantidad de metros cúbicos que podrían obtener, la calidad de la madera, las especies a cortar, el terreno, la maquinaria a emplear, los días de trabajo y los trabajadores necesarios para su total aprovechamiento.
Una vez se abrieron las plicas, se dieron cuenta de que todos habían pujado más o menos con la misma cantidad de dinero. Además, una de las subastas, fue la que más beneficios daba, y ellos fueron capaces de verlo sin problemas.
Una vez finalizada la experiencia, reflexionaron sobre todo lo que tuvieron que pensar para aplicar los conocimientos adquiridos durante el curso.
Fueron conscientes de que todo es importante en el sector forestal y los árboles ¡no son solo madera!
La docencia es una profesión que requiere de un continuo aprendizaje por parte de los profesores. Puede parecer algo contradictorio, pues son los docentes los que deben tratar de inculcar conocimientos y competencias a los alumnos, es decir a enseñar, tanto la teoría de la asignatura, como su aplicación en la vida diaria.
Sin embargo, no se trata de ninguna contradicción. El docente está en una continua búsqueda de transmisión del conocimiento, y es consciente de lo que funciona para unos alumnos puede que no funcione para otros dentro del mismo nivel (ejemplo: clases distintas de tercero de la ESO) o incluso dentro de la misma clase de alumnos (ejemplo: en segundo de Grado Superior). Con esta tesitura los maestros deben buscar nuevas técnicas que hagan la explicación más sencilla de entender, bien porque comprometan a los alumnos a participar directamente, bien porque el modo de trasmitir la información les enganche.
Es muy probable en ese continuo devenir de cómo llegar a sus alumnos, muchos docentes utilizasen con antelación, lo que hoy en día se conoce como gamificación, aunque en castellano lo llamamos ludificación. ¿Pero en qué consiste?, ¿jugar en el aula? Así es. Aquí tenemos ejemplos que se han utilizado en ciclos.
Ejemplo 1: Segundo de Grado Superior de Forestales.
Para introducir una unidad didáctica que requiere memorizar nombres y conceptos referentes a los métodos de censo que se pueden realizar en un coto de caza, en la asignatura Gestión Cinegética, se les propuso un juego competitivo. Cada alumno debía resumir las definiciones a su manera con una palabra, que apuntaban en un folio, después elegían a un compañero para preguntar qué definición era, diciendo el que preguntaba su palabra. Si no acertaba la respuesta perdía una vida de seis, pero si el que había preguntado decía mal la definición también perdía una vida. Luego había tres comodines que se podían utilizar y tres preguntas generales que el profesor hacía a cualquiera, donde todo el grupo perdía una vida si fallaba la respuesta el alumno elegido. De esta manera se consiguió que los alumnos se esforzaran en aprender las definiciones de un modo más divertido que el simple hecho de memorizar sin más. Por supuesto que las tenían que memorizar, pero con un fin diferente al de retenerlas en la mente para un posterior examen, las memorizaban para no perder en la partida.
Ejemplo 2: Primero de Grado Medio.
Para llevar a cabo la memorización los nombres de métodos de capturas y marcaje de animales salvajes, en la asignatura Gestión Cinegética, se les dejó leer la unidad didáctica correspondiente durante los minutos necesarios y cuando estuvieron preparados, se cerraron los ordenadores se juntaron la mesas formando una superficie grande y se les entregó unas tarjetas con los nombres de las definiciones que debían ordenar como si fuese en esquema de llaves. Tenían tres oportunidades, si lo hacían bien subían medio punto. Lo hicieron bien.
Así es como, en ocasiones, los docentes aprendemos a crear actividades lúdicas para transmitir mejor los conocimientos a nuestros alumnos, que por otros métodos hubiera calado menos en los alumnos.
En nuestra formación académica muchos de nosotros nos hemos visto situados en el interior de un aula, limitada por sus cuatro paredes (alguna de ellas con sus correspondientes ventanales al patio o la calle), techo y suelo, apoyados por medios visuales antiguos, como pizarras o posters, o contando con las nuevas tecnologías, con tabletas, monitores de televisión y ordenadores portátiles, entre otros. Y quizá, mientras la maestra o el maestro intentaba hacernos llegar sus conocimientos, nuestra atención recayera por un instante en el exterior y nos preguntásemos: “¿cómo sería recibir una clase fuera del aula?”.
Por supuesto hay clases que se pueden impartir fuera de un aula, como es el caso de la Educación Física, pero ¿qué pasa con las demás materias que se imparten en Primaria, ESO, Bachillerato o Ciclos de Grado Medio y Superior?
Por desgracia, muchos colegios no pueden encontrar respuesta a dicho interrogante, bien por sus instalaciones, bien por su ubicación, o bien por su interpretación de la docencia. Pero ninguna de estas tres posibilidades se dan en el Colegio San Gabriel, donde sus instalaciones, con magníficos espacios abiertos, su ubicación privilegiada o su interpretación de la docencia no sólo aconseja, sino que también anima a que se hagan realidad las clases al aire libre. Siendo así, los profesores cambian las paredes de su aula por el canto de los pájaros, sacan las sillas al patio colocándose a la sombra de la arboleda, o ejerciendo la enseñanza paseando. Recordando los paseos, por los jardines alrededor del aula, de Aristóteles y sus alumnos en la Grecia Clásica, reflexionando y debatiendo sobre la cuestión que su maestro les había planteado.
Los docentes de San Gabriel, siguiendo la metodología instaurada del Flipped Classroom, se convierten en guías tras lanzar ideas, problemas, retos, situaciones previsibles en su futuro laboral, a los alumnos en esas clases al aire libre. Y es entonces donde se aprecia un cambio más positivo.
Curiosamente, los alumnos están más atentos y participativos, porque sus sentidos disfrutan de fragancias, los sonidos, la brisa, el calor, la libertad para moverse. Son momentos donde los docentes saben ofrecerles tareas por equipos, dependiendo el resultado final de la cooperación entre ellos. Desde resolución de problemas, buscando pistas entre el entramado de árboles, con el manejo de los conocimientos adquiridos previamente en orientación (con la ayuda de mapas, brújulas e indicios en la naturaleza), hasta el trazado de rutas en bicicleta y su realización.
Yendo aún más lejos, en San Gabriel se establecen tareas al aire libre que facilitan la interrelación entre cursos. En un caso en concreto, los alumnos de Ciclos Formativos de Forestales han realizado una pista de entrenamiento (a pequeña escala) utilizando la madera, como elemento constructivo principal y otros materiales reciclados, añadiendo sus propias creaciones y pruebas, al planteamiento inicial del profesorado.
Esta pequeña pista de entrenamiento tenía el objetivo de ofrecer un nuevo producto a los docentes de Educación Física, pero ha trascendido más aún, siendo un lugar donde los alumnos de Primaria se acercan a explorar y disfrutar.
Llegados a estas fechas, los alumnos y profesores empiezan a visualizar el final de curso, con lo que conlleva realizar exámenes y pruebas finales. En la Formación Profesional, la mayoría de las evaluaciones son prácticas, trabajos, exposiciones y algún que otro examen teórico.
Generalmente, los estudiantes están habituados a realizar pruebas escritas, pero no tanto a ser evaluados a través de otras metodologías. Es por ello, que se ayuda a centrar los aspectos importantes a través de las rúbricas.
Dependiendo de la actividad y unidad didáctica se elaboran unas u otras, por ejemplo en las presentaciones es muy importante la calidad de la exposición, los gestos y fluidez de los discentes para poder expresar el tema a tratar de forma correcta.
En cambio, cuando los alumnos realizan exámenes prácticos, unos días antes de la prueba ya tienen su forma de evaluación, con la correspondiente calificación de cada aspecto importante antes del examen.
Para visualizar mejor los diferentes tipos de evaluación, se detallan a continuación:
En conclusión, la evaluación de la Formación profesional debe ser un proceso que sea de la manera que sea, debe conseguir identificar y verificar los conocimientos, los objetivos y las habilidades de los alumnos, así como analizar y observar el avance de los procesos de aprendizaje, y sin duda la rúbrica es un elemento clave para esta labor.
El pasado 21 de marzo se llevó a cabo la V edición de la carrera solidaria organizada por los alumnos de 6º de Primaria del colegio San Gabriel de Zuera.
Este año la recaudación ha sido destinada en su totalidad a Greenpeace para su proyecto ColesxGreenpeace, cuyo objetivo es organizar carreras por todos los centros escolares que quieran participar en la lucha por la protección de los océanos.
Dicha carrera fue el producto final de un proyecto llevado a cabo por los alumnos de manera cooperativa, guiada por sus diferentes profesores con foco principal en el área de Educación Física.
El objetivo principal de este proyecto es conseguir que los alumnos sean capaces de organizar un evento de gran magnitud en la que participen una media de 400 corredores, para ello parten de la creación de unos comités elegidos por ellos mismos, en los que deben desempeñar diferentes funciones como el diseño de los dorsales, campañas publicitarias, creación de un mercadillo solidario, organización de las ventas de los productos y ponerse en contacto con la asociación implicada en la carrera. También conseguir la colaboración de distintos personajes públicos para dar visibilidad a la carrera, y diversas tareas que son llevadas a cabo gracias a lo aprendido en las diferentes áreas impartidas en el curso.
Todo estas tareas se ven reforzadas gracias al modelo pedagógico del centro, el “Flipped Classroom”, ya que permite a los alumnos trabajar por pequeños módulos, los saberes necesarios que les permiten desarrollar el proyecto, incrementando el tiempo útil en el centro para poder desempeñar las funciones que les han sido encomendadas por los propios comités.
Otro de los puntos que tenemos que destacar es el entorno en el que se encuentra el centro educativo. San Gabriel está rodeado de un bosque y situado en medio de una finca agraria, ubicación que permite organizar una carrera con una paisaje envidiable y en el que muchas familias ya consideran un recorrido icónico del colegio por su larga tradición.
Los propios alumnos valoran siempre de manera muy positiva la participación en la organización del evento, pasándose el testigo entre compañeros de etapa ya que los alumnos de 5º de Primaria de este curso ya están pensando en cómo podrán desarrollar la siguiente edición.
Como colofón al proyecto después de varios meses de esfuerzo, organización y dedicación, incluso en tiempo extraescolar, podemos decir que la recompensa es más que gratificante, no solo por el ambiente de compañerismo que se disfruta a lo largo de la jornada y por el espíritu deportivo que surge entre todos los participantes de diferentes edades y cursos, sino también porque todo el esfuerzo se ve recompensado y materializado en una ayuda a una ONG que los propios alumnos han elegido, y este año podrán decir que ellos contribuyeron a que nuestros océanos sean mejores en el futuro.
Diremos que la palabra “roles” proviene del inglés que la tomó prestada del francés “rôle”, y se entiende desde el punto de vista anglosajón como el papel que desempeña un actor o actriz en una obra. Al incluir este término en la educación, ¿estamos comparando la educación con un teatro? En cierto modo así es. Pero un teatro de operaciones, donde se pone de manifiesto el proceso de enseñanza aprendizaje.
Para algunos autores los roles hacen referencia a los actores principales en la educación: las familias, los alumnos y los profesores. Para otros, los roles se limitan a los alumnos y profesores, incluyendo los más tecnológicamente mentalizados en este reparto a las Tecnologías de Información y Comunicación. Otros, que experimentamos el arte de la docencia en directo, sin decorados, ni apuntador, ni público, nos referimos a los roles como la capacidad de crear conocimiento, educar en el asombro y la experiencia. Dotando a nuestros alumnos la posibilidad de convertirse en actores de la experiencia. ¿Cómo? Estableciendo una serie de actividades, en las que el conjunto de la clase va a intentar poner en práctica los conocimientos que se han ido presentando a lo largo de una unidad didáctica o de un apartado de la misma. Lo comprenderemos mejor con un par de ejemplos muy ilustrativos.
Se explica a los alumnos una determinada tarea a raíz de los contenidos de la materia. En este caso, dentro de incendios forestales, se habla de los cortafuegos. Es decir, hacer fuego para combatir otro fuego. Es un proceso laborioso que requiere de un equipo de profesionales variado como: un coordinador, jefe de comunicaciones, de logística, de brigada y personal de retenes. Ahora, se transporta ese conocimiento al plano real y se hace una práctica de campo, utilizando agua en lugar de fuego, para recrear el escenario. Dando a cada alumno el papel de uno de los profesionales citados. Así pues, el alumno ocupa el cargo y la responsabilidad de los profesionales de los retenes forestales, experimentando en sus carnes lo que conlleva semejante labor. Todo ello guiado por el profesor, que además les irá poniendo traba (trabas reales basadas en la experiencia). Con ello el alumno siente la presión, la tensión y la grandeza del momento y convierte la teoría en experiencia de vida. No tan real como la verdadera, pero sí cercana.
A todos los alumnos se les entrega el mismo papel a representar, el de un vendedor de un artículo de uso cotidiano, del que deben averiguar en pocos minutos todo lo que puedan. Después, uno a uno van exponiendo las virtudes del artículo a sus compañeros. Con ello conseguimos que los alumnos entren en el reto de la comunicación verbal directa y adecuada para ofertar su trabajo (producto) tan necesaria en el siglo de la comunicación indirecta.
Concluiremos diciendo, que a pesar de que haya distintos actores en la educación, es decir, distintos roles, para nosotros los profesores, siempre serán los alumnos, los principales e imprescindibles actores.
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*En las imágenes que se adjuntan los alumnos son componentes de un departamento de Investigación y Desarrollo, de una empresa que diseña prototipos para la fijación de troncos, en el apartado Aprovechamiento Forestal.
Los 5 pilares del Aprendizaje Cooperativo son:
Este aprendizaje se puede aplicar desde edades tempranas y es fundamental en la sociedad actual. Muchas empresas buscan trabajadores que sepan colaborar con sus compañeros, trabajar en equipo y superar el individualismo y la competitividad que hacen ver a los demás como rivales y no como oportunidades de crecer.
En la etapa de Formación Profesional preparamos a nuestro alumnado para enfrentarse al mundo laboral, por lo que damos mucha importancia a este aprendizaje. En la rama forestal, existen multitud de trabajos distintos a los que pueden aspirar, entre ellos las cuadrillas forestales de limpieza o las cuadrillas terrestres que participan en la extinción de incendios, entre otros muchos. Estos son sólo algunos ejemplos de trabajos en los que el grupo y el objetivo general está por encima de las individualidades.
Con el Aprendizaje Cooperativo en la Formación Profesional conseguimos que el alumnado se implique más en el proceso de aprendizaje y aprenda a comprometerse con sus tareas que luego será su trabajo, desarrolle la capacidad para razonar de forma crítica tanto en su trabajo como en la vida, se prepare como ciudadano para el mundo de trabajo actual y sea consciente de que, como dijo Ken Blanchard:
“NINGUNO ES TAN LISTO COMO TODOS NOSOTROS”.
En este caso los grados de Técnico en Aprovechamiento y Conservación del Medio Natural y Técnico superior en Gestión Forestal y del Medio Natural son títulos cuyos objetivos generales van encaminados a realizar o gestionar las operaciones de repoblación y aprovechamiento forestal, control y vigilancia del medio natural, trabajar en viveros y realizar su gestión, así como mantener la maquinaria e instalaciones forestales.
El Colegio San Gabriel, situado dentro de la reserva natural del Bajo Gállego, se presenta como un entorno natural privilegiado, con una gran finca agrícola de regadío y forestal, con unas adecuadas instalaciones y equipamientos donde poder realizar todas las actividades que requieren los grados formativos citados anteriormente.
Además, el colegio tiene plenamente implantadas metodologías innovadoras, como por ejemplo el flipped classroom, que permite poder adaptar la enseñanza a cada alumno. Otro punto a favor, es la importancia que se le da al buen uso de las nuevas tecnologías, lo que hace que nuestros alumnos alcancen los objetivos establecidos y, además, acaben su formación preparados con valiosas competencias digitales que les permitirán introducirse más cómodamente en el entorno laboral.
El profesorado, un equipo docente multidisciplinar especializado en distintas áreas, se encarga de acompañar, dar apoyo, motivar y guiar al alumnado en su aprendizaje diario, con un trato cercano y personal. Otro de los pilares importantes es crear conciencia, sensibilizar, involucrar e inculcar valores de respeto y cuidado del medio ambiente, así como transmitir la preocupación por la Tierra, dando a conocer diversos aspectos de una profesión con futuro.
Además de las actividades inherentes al título oficial de los grados, es conveniente destacar la importancia de disponer de la posibilidad de realizar otras muchas tareas que completan y asientan conocimientos y habilidades adquiridas, como pueden ser la obtención del título de motosierrista, del certificado de poda en altura o el de manejo de rapaces y herpetos entre otros. Estos cursos están impartidos por profesionales del sector y comunican a los alumnos con diferentes aspectos y perfiles dentro de la profesión.
Lo cierto es que existe una estrecha relación del Colegio San Gabriel con empresas punteras en el sector, donde nuestros alumnos pueden completar, centrar y poner en práctica los conocimientos adquiridos durante la realización de sus estudios académicos, con la realización de prácticas. El objetivo no es otro que enfocar a nuestros alumnos hacia un futuro laboral repleto de posibilidades.
Además de esta importante relación, se cuenta con convenios y colaboraciones con diferentes Instituciones, centros de investigación y universidades, que amplían la visión del alumnado que, en muchos casos, supone una importante motivación para continuar con estudios superiores.