Según la RAE, conocemos por bilingüismo el uso habitual de dos lenguas en una misma región o por una misma persona.
La importancia de hablar varios idiomas, especialmente el inglés, está latente en nuestra sociedad: medios de comunicación, redes sociales, ocio, relaciones...Y eso no es todo: la mayoría de los puestos de trabajo demandan cada vez más a personas capaces de comunicarse en otro idioma con fluidez.
Quizá esta sea la razón por la que hoy en día una de la mayores preocupaciones de las familias en el ámbito educativo es que sus hijos adquieran las competencias lingüísticas y metodológicas necesarias para enfrentarse al mundo laboral.
Por eso, desde hace unos años, muchos centros educativos desarrollan un programa de educación bilingüe impartiendo algunas asignaturas en una segunda lengua. Las asignaturas que se suelen impartir en inglés, según el criterio de cada centro, son Educación Física, Plástica o Conocimiento del Medio en Educación Primaria y Música, Plástica, Sociales, Tecnología y Educación Física en Educación Secundaria.
Del mismo modo, el número de horas impartidas en el segundo idioma varía según las diferentes comunidades. Por ejemplo, en la comunidad de Aragón, existen dos modalidades:
Entre las ventajas de tener una educación bilingüe existen tanto beneficios cognitivos como sociales.
Con estas razones de peso, no es de extrañar que los colegios opten por seguir itinerarios bilingües, por lo que es necesario que se realice una inmersión progresiva desde pequeños para que lo tomen como parte natural de su educación.
Así como los alumnos deben estar acostumbrados al uso de la segunda lengua desde la primera etapa educativa, la formación del profesorado es un elemento clave en este proceso.
En España desde hace unos años, y dependiendo de la comunidades autónomas, el nivel exigido a los profesores involucrados en el bilingüismo era un B2, según el Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas (MCER). No obstante, el éxito de la educación bilingüe, ha llevado a dar un paso más y requerir a los docentes un nivel C1. Para apoyar esta formación de los profesores, existen también programas como Erasmus +, un programa de la Unión Europea que apoya, entre otras cosas, la educación y formación de personas de todas las edades, ofreciendo la posibilidad de desarrollar y compartir conocimientos y experiencias en instituciones y organizaciones de distintos países.
Sin embargo, el cambio no sólo debe producirse en el uso de la segunda lengua, sino que también conlleva cambios metodológicos a nivel de centro, no sólo de asignatura, sino también de coordinación entre el profesorado.
La utilidad, pues, del bilingüismo en el mundo real no deja lugar a duda. ¿Seremos, en un futuro, plurilingües?