Los alumnos de 3º de Infantil han llevado a cabo el proyecto titulado “InterRail”.
A través de esta experiencia, hemos podido transportarnos a las ciudades más importantes de Europa sin salir de nuestro cole. A lo largo del proceso, se ha buscado que el alumno fuese el principal protagonista de su propio aprendizaje, utilizando y tomando como soporte principal los dispositivos tecnológicos y el trabajo manipulativo.
Este proyecto se inicia de una forma completamente espontánea. Un día, hablando sobre las aventuras en clase, los niños me preguntaron “¿cuál es la mayor aventura que has vivido?”.
Mi respuesta fue: “un viaje alrededor de toda Europa llamado InterRail”.
Al explicarles en qué consistió el viaje, vi que el tema estaba siendo de mucho interés para ellos, y decidí crear un proyecto relacionado con esta “aventura”.
Esta experiencia se ha desarrollado durante la segunda evaluación. Momento en el que los niños cuentan con mayor autonomía que los meses anteriores y ya cuentan con un hábito importante de trabajo en clase.
La manera de trabajar este proyecto consiste en exponer un país diferente cada semana. Durante esa semana, aprendemos los colores de la bandera, vemos dónde está situado en el mapa, y a partir de ahí se pretende que los alumnos interioricen las características más importantes (folclore, monumentos, lugares importantes, platos típicos de la zona….)
La metodología que se puso en práctica consistía en que a la hora de presentar un determinado país, los alumnos comentaban en voz alta lo que ya sabían de él.
Una vez que terminaban estas intervenciones por parte del alumnado, llegaba el turno de utilizar las nuevas tecnologías que disponemos en el colegio San Gabriel para ayudar en el proceso enseñanza-aprendizaje.
Con la ayuda del iPad y la Tv éramos capaces de transportarnos a cualquier lugar del mundo a través de la app Google Maps. De esta manera nos adentrábamos en los lugares más significativos del continente.
Al ser algo extremadamente visual, conseguía captar la totalidad de la atención de los alumnos y por consiguiente, estaban muy motivados y sumergidos por completo en el proyecto.
Una vez que “visitábamos” un país, hacíamos una ronda de preguntas con el fin de asimilar la información más relevante de lo que habíamos visto.
Después de esto, realizábamos actividades con todo aquello que habíamos aprendido.
Lo que más me llamó la atención fue la motivación tanto individual como grupal durante las semanas que duró el proyecto. Siendo palpable la adquisición de contenidos por parte del alumnado y la mejoría a la hora de iniciar una pequeña investigación sobre el tema a tratar, debido al interés que despertaba esta “aventura” en ellos mismos.