La Educación Infantil es el primer escalón del sistema de educación. Es ahí donde se asientan las bases para la formación de la personalidad de los alumnos, por lo que es una etapa importantísima para el desarrollo integral de los niños. Es por esto, que la motricidad fina, es una de las habilidades que más se pretende trabajar, pues no siempre se alcanzan los objetivos deseados en este ámbito.
La motricidad fina es la relación entre los músculos pequeños, generalmente de las manos y dedos.
Un buen desarrollo se logra con la estimulación de los músculos de las manos y dedos para que sean cada vez más precisos y lograr así una mayor destreza manual y coordinación visomotora.
Se ha visto que la realización de trazos, con regularidad, precisión y ajuste al renglón, en la realización de los trabajos de los alumnos, así como la utilización correcta de instrumentos y materiales y el dominio de las técnicas en las diferentes acciones de recortar, rasgar, trazar, colorear, rellenar son las actividades clave para conseguir esta motricidad.
La psicóloga J.Caron Santha, experta en este tema, habla de siete componentes que marcan la base para conseguir una buena motricidad fina.
1- La aproximación: consiste en la preparación de la mano y la extensión del brazo hacia un objeto qué se desea coger. El seguimiento visual y la coordinación oculomotora también intervienen.
2- El agarre: es la forma en qué la mano coge un objeto. Dependiendo de la especificidad del objeto, forma, textura, tamaño y peso, la mano se adapta al agarre. Los puzzles son un excelente juego para ejercitarlo.
3- El transporte: es la habilidad de sostener un objeto en la mano durante un desplazamiento. El encaje educativo- selección es el juego ideal.
4- La liberación voluntaria: Es el gesto que consiste en la liberación de los dedos para depositar un objeto en un lugar. Apilar bloques de madera, para desafiar el equilibrio, les permite construir estructuras.
5- La manipulación de la mano: hacer pinza para colocar objetos pequeños en agujeros es la actividad qué favorece el fortalecimiento de los dedos.
6- La habilidad con las manos: la habilidad de utilizar una herramienta. Recortar dibujos grandes o pequeños con diferentes salientes, pinza para coger el lápiz (escritura), borrar con una goma el lápiz en una hoja de papel…
7- La habilidad con ambas manos: es la acción qué requiere una coordinación de ambas manos para realizar una acción en especial. Hay tres niveles:
Tanto familias como profesores pueden reforzar el trabajo con estas actividades:
De todo esto sacamos en claro, que la motricidad fina no solo debe trabajarse en Infantil y en los primeros cursos de Primaria. Debe trabajarse durante todas la etapas para prevenir y fortalecer los movimientos de las manos, la lateralidad y la coordinación óculo manual.