Son muchas las muestras de agradecimiento que nos están llegando de las familias del colegio durante estos complicados días. Ellas son, sin duda, parte importantísima e indispensable en nuestro trabajo. La estrecha relación entre ellas y los profesores del colegio San Gabriel es uno de los factores de los que más podemos presumir.
Por ello, mensajes como el que podéis leer a continuación, no hacen sino darnos más fuerza e ilusión para seguir trabajando con la misma PASIÓN.
Soy una madre que hace prácticamente un año decidió que su hijo perteneciera a este gran colegio, a esta gran familia.
El sentido de estas palabras es sencillamente agradecerles la labor que han desempeñado con mi hijo, su dedicación y su entusiasmo en la tarea de ayudar y enseñar.
Recuerdo, como si fuera ayer, el mes de septiembre en que mi hijo se incorporaba al nuevo colegio, tímido, asustado y confuso por ver cómo le iba a ir. Al segundo dia, ya me dijo que había sido la mejor elección, ir al colegio San Gabriel.
Entiendo que es siempre complicado tener la responsabilidad, día a día, de llevar la parte más importante de la formación de nuestros hijos. Es cierto también, como suele comentarse en todos los foros de enseñanza, que la que se entiende imprescindible responsabilidad de educar está en casa, en la familia, en el día a día. Sin embargo me niego a quitar el mérito que tienen todos los que como ustedes, se levantan cada mañana para afrontar en sus trabajos la dura tarea de formar y preparar a los hombres y mujeres del futuro.
Una de las metáforas vitales que siempre guardaré en mí es que incluso en las más duras guerras siempre queda una escuela en pie y un profesor o profesora al frente de ella, seres valientes a los que sin duda atribuyeron el gen del espíritu inquebrantable.
Así lo habéis demostrado con esta situación.
Las dos únicas cosas que le he pedido al destino son que aprenda a no perder jamás su capacidad de esfuerzo y que tenga la suerte de que crucen por su camino profesores como los de este colegio San Gabriel. No puedo más que transmitirles que ha sido y sigue siendo para mí un privilegio y un honor poner en las manos de ustedes la educación de mi hijo, y hacerles partícipes de mi profunda admiración y respeto por el trabajo que desempeñan, que sin duda seguirá inspirando a todos los alumnos que pasen por sus aulas y les animará a dar siempre, como ustedes, lo mejor de sí mismos. Igualmente les pido el favor de que transmitan esta admiración y agradecimiento al resto de profesores.
Y todos y cada uno de ustedes son y serán siempre imprescindibles. Todos sueño necesita, siempre, un capitán al timón. Sin saberlo, se ha convertido no solo en su segundo hogar, sino en el espacio propicio para desarrollarse intelectual y personalmente.
Ya ha transcurrido casi un año y mi hijo solo nos ha demostrado el rostro de la alegría, del conocimiento, del cumplimiento del deber y el deseo de pertenecer a un colegio que supo interpretar sus anhelos y deseos de construir su futuro teniendo como base la importancia y la esencia de la vida escolar. En todo este tiempo el Colegio San Gabriel nos ha permitido vivir y en nuestro hijo valores tan trascendentales como la responsabilidad, la bondad, la generosidad, la lealtad, la creatividad, la alegría en contextos no solo académicos, sino culturales y deportivos.
Me vienen a la cabeza cantidad de cosas que quisiera plasmar aquí y me resulta difícil resumirlas en pocas palabras.
Uno de los aspectos que más agradezco a los profesores de mi hijo es que han estado dispuestos siempre a aconsejarle y motivarle con cariño y una sensibilidad especial.
Le ha enseñado a valorarse y a confiar un poco en él mismo mostrándole que esto, unido a su esfuerzo, es la base del éxito.
Muestra que va más allá de su labor de profesor.
Además, con vuestro ejemplo, entrega y dedicación al voluntariado y a la solidaridad, contribuye a que la labor del Colegio vaya más allá de lo académico, hacia lo humano y la educación en valores basada en el ejemplo.
Gracias ...... gracias..... infinitamente gracias por la tarea que todo el grupo de trabajo dedican cada día en la misión de hacer de los niños, adolescentes y jóvenes mejores seres humanos en un mundo que no solo requiere de competencias intelectuales, sino de la práctica de valores éticos y sociales fundados en la humanidad, a servir a todo aquel que toque a nuestra puerta.
¡Un saludo muy grande!“
¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!